NO EMIGRES DE MÍ

No emigres de mí
como si fuera miles de balas
no intentes librarte,
soy simplemente yo
tu guerrero en un trozo de papel.
Te ataré como si a los segundos
le robasen sus horas
para parar este tiempo.
Si escucharas cada palabra
cada verbo que me inspiras
no renunciarías a la ceguera,
porque desde que te conocí
mis ojos iluminan un todo
y mi casa florece.
Me convertiste en un niño
que plancha su corazón
y en un orador
cuando hablo de ti.